Si hay una primera cosa a extraer de la vida del Padre Frédéric, es su pasión por Jesús de Nazaret.
Su primera educación la encarriló hacia los evangelios. Después, su formación con los franciscanos, sus esfuerzos para convertirse en un misionero en Tierra Santa, sus escritos y libros como sus sermones sobre Jesús hijo del hombre e hijo de Dios; todo nos revela que el Beato Frédéric, es el misionero de Tierra Santa por excelencia. Su obra nos orienta a conocer a Jesús, en los misterios de su humanidad, su nacimiento, su vida pública, su Pasión y su Resurrección.
Él es aquel, que ha caminado el país de Jesús en todos los sentidos, durante 14 años, donde vivió en Tierra Santa. Cuando los Caminos de la Cruz son prohibidos en Jerusalén después de 1621, el Padre Fréderic negoció con los árabes musulmanes, el derecho a predicar por el Camino de la Cruz en la Vía dolorosa y en los souks achaladés de Jerusalén. Dirige los trabajos de construcción de la iglesia de Santa-Catalina, cerca de la Basílica de la Natividad en Belén. Además, fue colector en Francia, después en Canadá, desde su primera estancia en 1881, para esta construcción.
Él es un pionero de la difusión de los evangelios en Canadá; de 1893 a 1907, su Vida de Nuestro Señor Jesucristo, un texto armonizado por los evangelios, había tenido ocho impresiones, eso que representa un total de 42,000 ejemplares; « eso fue sin duda el más grande éxito de las librerías en Canadá.» (Légaré – Baillargeon, El Buen Padre Frédéric, Montréal, ed. Paulinas, 1988, p. 277). El Beato Frédéric, podría ser patrón de los investigadores de sentido y de verdad, quienes se ponen al estudio de los Evangelios y sobre todo de la vida de Jesús de Nazaret, el hombre Jesús primero.
«Toda la vida del Buen Padre Frédéric, fue de servir a la patria terrestre del Dios hecho hombre, de hacerla conocer, venerar y amar. Lo que más llama acerca de él, es su dedicación incansable por los Santo Lugares, por la vida y la Pasión del Divino Salvador.»
Romain Légaré, El recuerdo, vol. 14, no 2 (abril-junio 1967), p.3.